Arte urbano / Graffitis / Stencils / Fotografía / Cuentos cortos / Pensamientos / Desvariaciones / Veleidades
miércoles, 29 de diciembre de 2010
domingo, 26 de diciembre de 2010
El regreso de la ensala mixta
Nos juntábamos a menudo en la casa del viejo Roberto, allá por la calle Luis Viale y Warnes. Pasábamos días enteros viendo atónitos los videos de Jacques Cousteau y el mundo submarino. Discutíamos apasionadamente sobre el apareamiento de las merluzas y los cantos sinfónicos de los extraños delfines negros del Índico.
La hora de la cena marcaba el ritual del grupo: la ensalada mixta. Lechuga, tomate, cebolla, huevo duro, a veces espárragos y siempre aceite y vinagre. Durante los casi dos años de militancia en el grupo bajé quince kilos. Sospecho, todavía, que varios de los integrantes se alistaron únicamente para adelgazar.
lunes, 20 de diciembre de 2010
¿Qué le pedirías a Papá Noel?
Era casi de noche. El cielo, pintado de naranja, empezaba a dibujar estrellas lejanas en el horizonte. Era noviembre y, extrañamente, no hacía calor. De hecho, recuerdo la brisa filtrarse por la ventana de la cocina obligándome a poner nuevamente el acolchado marrón en la cama. El atardecer me encontraba solo, sin amigos ni compañías pasajeras.
Como si el mundo se hubiera detenido por unos instantes, el silencio se adueñó de la escena. La avenida doble mano sobre la cual se levanta mi departamento quedó totalmente callada. Ya no se escuchaban las bocinas frenéticas de los colectivos. Sin embargo, súbitamente, alguien llegó. Para mi sorpresa, era el gordito que entrega regalos y se viste de rojo para Navidad: era Papá Noel.
En seguida comenzó la charla. Me preguntó cómo me sentía. Le dije que bien, que no podía quejarme. Me miraba atentamente, como si buscara sacarme alguna confesión. Creo que no creyó lo que le contesté.
“¿Y el amor? ¿Dónde quedó el amor?” preguntó rascándose la barba.
“Ah, el amor. Sí. El amor me visita en sueños”, le respondí.
Frunció el ceño como no entendiéndome. Su expresión me obligó a ahondar mis reflexiones…
“Hoy, el amor para mí es sólo un recuerdo que, de vez en cuando, me visita en sueños”, añadí. “El más lindo de los recuerdos, por cierto. A veces siento que es más real que la propia realidad”, proseguí.
“Pero como todo sueño se desvanece por la mañana cuando te levantás” agregó Noel.
Asentí con la cabeza. Algo importante se aproximaba…
“Y… si tuvieras que elegir… ¿qué me pedirías? ¿qué le pedirías a Papá Noel?”
“Un instante con ella, creo que eso bastaría para convencerla”.
“¿Convencerla de qué?”, preguntó dubitativo…
“De que los malos momentos son transitorios y, a veces, inevitables. De que el amor, si es auténtico, nunca muere. Quiero recuperar la sensación de eternidad que sólo el amor verdadero provee... Quiero que deje de ser un recuerdo”…
El viejo quedó callado. Y yo agregué:
“Recuerdo que una vez le dije una frase que me marcó por siempre: sin los momentos amargos, los dulces no serían tan dulces”
Seguimos charlando toda la noche. Afuera, el viento jugaba con los árboles llevando sus ramas de un lado al otro. Adentro, sentía que la visita del gordito barbudo cambiaría mi destino.
domingo, 12 de diciembre de 2010
El cara quemada de las pesadillas
lunes, 29 de noviembre de 2010
domingo, 28 de noviembre de 2010
No pienses! Repetí lo que yo digo...
Eso dicen los detractores. Yo, cada día, me convenzo más de que pensar nos aleja de la felicidad.
domingo, 31 de octubre de 2010
domingo, 24 de octubre de 2010
El Abominable Hombre de la Lengua

Según las crónicas, el esperpento murió producto de siete puñaladas. Yo, a veinte años de ocurrido, todavía no recuerdo ese momento.
domingo, 17 de octubre de 2010
lunes, 4 de octubre de 2010
domingo, 3 de octubre de 2010
Suipacha Wars

domingo, 26 de septiembre de 2010
miércoles, 8 de septiembre de 2010
La Cena al Desnudo

lunes, 2 de agosto de 2010
Cuernitos con vista al mar

Era junio y hacía frío. Paseaba por esa blanca casa, atiborrada de obras de arte, al pie de la colina. De pronto, en el medio del recorrido, me extravié. Creo que sus intrincados pasillos me desorientaron; tal vez fueron esas escaleras serpenteantes las que me condujeron hacia él...
Detrás de un vidrio lo vi. El patio era su hogar; el viento, su consuelo. Recuerdo sus cuernitos perfectamente simétricos, pitagóricos, excelsos. Había interrumpido su paz, era un intruso en su terruño. No obstante, su rostro no infundía furia. Tuve ganas de abrazarlo pero me contuve. El enano de los cuernitos con vista al mar desapareció.
"He visto un enano de piedra", grité. Nadie me escuchó. Jamás me creyeron.
martes, 27 de julio de 2010
Chan Chan! y aquel carro cubano..
domingo, 18 de julio de 2010
Vaquitas directo al asador
lunes, 5 de julio de 2010
Narigones Intergalácticos

La apariencia de estos visitantes extraterrestres no me intimidó y no dudé en pasarles mis auriculares para que escucharan un poco de la música que en ese momento estaba tocando mi reproductor: Welcome to the Jaguar House, esa extraordinaria composición de los Illya Kuryaki, los fascinó, entrando irremediablemente en éxtasis al grito de "dame más"... No me quedó otra que cumplir con sus órdenes: el playlist los paseó por varios hits del dúo noventoso.
Luego de unos veinte minutos a pura furia y rock&roll un patrullero nos vio. Un oficial de bigote tupido y de apellido Gómez se acercó. "Documentos por favor" nos dijo con aire burlón, sobrador. Claramente los narigones no tenían identificación, y yo había perdido mi cédula meses atrás cuando unos niños de la 9 de julio me pidieron gentilmente mi billetera.
El desenlace fue mágico, inesperado. De pronto, los simpáticos alienígenas se evaporaron y yo terminé en la Comisaría 27 "tocando el pianito".
jueves, 1 de julio de 2010
El llanto de la sirena
martes, 22 de junio de 2010
Pescado rabioso directo a la boca de la ballena
viernes, 11 de junio de 2010
El Muelle
Estábamos solos, apenas el sonido de las olas nos hacía compañía.
Seguimos por la orilla hasta encontrar un viejo muelle donde nos detuvimos.
Recuerdo la sensación de mis pies mojados, casi helados. Poco importaba en ese momento...
Muchas veces volví en sueños hasta ese muelle.... Con el tiempo comprendí que la nostalgia es el refugio de los perdidos.
lunes, 7 de junio de 2010
El Ojo del Gusano Violeta
domingo, 6 de junio de 2010
El Gusano Violeta
lunes, 26 de abril de 2010
Kalami

Para mí, India es mucho más que millones de almas al borde del abismo. Mucho más que un conglomerado de pobreza e indigencia... es un territorio de espiritualidad incomparable, casi mágico...
Por aquellos años era un hombre racional. Enemigo de cualquier Dios y religión, profesaba rabioso mi agnosticismo. Leía a Nietzsche con la desesperación con la que los corredores de Bolsa estudian las secciones de economía y finanzas de esos pasquines llamados periódicos. Era un ser sin pasión y sentimientos. Mis creencias eran un montón de ideas sacadas a otros, robadas y hechas propias. Era un farsante. Con palabras elegantes disfraza la tristeza de mi corazón...
Hasta que un día conocí a Kalami. Su pelo negro brillaba en medio de la multitud. Iba de la mano de su pequeño hermano Adhiraj. El tiempo se detuvo; mis sentidos se paralizaron. Por primera vez comprendí lo que sienten los enamorados, esa suerte de naúsea que recorre el cuerpo y tiñe de idilio todo lo que toca...
Fueron veintidos años al lado de Kalami. Con el tiempo supe que su nombre significaba "espíritu guía".
miércoles, 21 de abril de 2010
La Ruedita Multicolor
Según narra la Historia (con mayúsculas), la rueda contribuyó profundamente a la evolución de la especie humana, ya que reinventó, de alguna forma, el movimiento. Acortó distancias, acercó pueblos...

Caminando por el parque, en una tarde soleada, Jorgito se detuvo al ver una figura estridente: era la ruedita multicolor. Pensó, irremediablemente, en aquellas noches inagotables de casino, donde la ruleta giraba rabiosa hasta consumir las últimas monedas de su billetera...
Recordó la prosperidad que lo invadía por ese entonces: su posición de jefe en el Banco Suipacha todo lo hacía posible. La felicidad no era opción, sino una garantía. Al menos eso creía...
"Recuerdo a Jorgito pasear con su coche convertible colorado como si fuera un corredor de carreras", contó alguna vez Ramona, la señora que todos los lunes iba a limpiarle la casa. Era una época de cabellos largos y patillas tupidas para Jorgito, cuyo ícono era Guillermo Vilas...
La ruedita multicolor era una metáfora de su vida. A veces arriba, otras abajo, hoy le tocaba sumergirse en la más oscura decadencia. Era una burla, más aún era una provocación, que
alguien le hacía, un recordatorio que abría las heridas...

Caminando por el parque, en una tarde soleada, Jorgito se detuvo al ver una figura estridente: era la ruedita multicolor. Pensó, irremediablemente, en aquellas noches inagotables de casino, donde la ruleta giraba rabiosa hasta consumir las últimas monedas de su billetera...
Recordó la prosperidad que lo invadía por ese entonces: su posición de jefe en el Banco Suipacha todo lo hacía posible. La felicidad no era opción, sino una garantía. Al menos eso creía...
"Recuerdo a Jorgito pasear con su coche convertible colorado como si fuera un corredor de carreras", contó alguna vez Ramona, la señora que todos los lunes iba a limpiarle la casa. Era una época de cabellos largos y patillas tupidas para Jorgito, cuyo ícono era Guillermo Vilas...
La ruedita multicolor era una metáfora de su vida. A veces arriba, otras abajo, hoy le tocaba sumergirse en la más oscura decadencia. Era una burla, más aún era una provocación, que
alguien le hacía, un recordatorio que abría las heridas...
viernes, 26 de marzo de 2010
El Fantasma de los Fichines
Robotín y Tostadora
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