Un artista de bonete y chivita renace de las paredes...
Su mural es graffiti en estado puro, sus creaciones son aerosol viviente...
Su bonete es granate; su chivita y sus cejas son oscuras, son blackies...
El artista está solo, nadie lo acompaña. Por eso se abraza y se ofrece a sí mismo el cariño que la soledad le priva...
Una sonrisa adorna su rostro y sus ojos apuntan tímidamente hacia abajo...
Es un artista extraño, no es centro sino periferia... su placer no está en vanagloriarse, es demasiado pobre para pedir limosnas...
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