Arte urbano / Graffitis / Stencils / Fotografía / Cuentos cortos / Pensamientos / Desvariaciones / Veleidades
martes, 27 de julio de 2010
Chan Chan! y aquel carro cubano..
De Alto Cedro voy para Marcané, luego a Cueto voy para Mayarí. El cariño que te tengo, yo no lo puedo negar. Se me sale la babita, yo no lo puedo evitar. Cuando Juanica y Chan Chan, en el mar cernían arena, como sacudía el "jibe", a Chan Chan le daba pena. Limpia el camino de paja, que yo me quiero sentar. En aquel tronco que veo, y así no puedo llegar. De Alto Cedro voy para Marcané, luego a Cueto voy para Mayarí.
domingo, 18 de julio de 2010
Vaquitas directo al asador
lunes, 5 de julio de 2010
Narigones Intergalácticos
Caminando por las calles de Villa Crespo me topé con tres narigones intergalácticos. La primera sensación fue "uhh, se vieneee la abducción". Pero luego me di cuenta de que sólo querían un poco de charla e "intercambio cultural".
La apariencia de estos visitantes extraterrestres no me intimidó y no dudé en pasarles mis auriculares para que escucharan un poco de la música que en ese momento estaba tocando mi reproductor: Welcome to the Jaguar House, esa extraordinaria composición de los Illya Kuryaki, los fascinó, entrando irremediablemente en éxtasis al grito de "dame más"... No me quedó otra que cumplir con sus órdenes: el playlist los paseó por varios hits del dúo noventoso.
Luego de unos veinte minutos a pura furia y rock&roll un patrullero nos vio. Un oficial de bigote tupido y de apellido Gómez se acercó. "Documentos por favor" nos dijo con aire burlón, sobrador. Claramente los narigones no tenían identificación, y yo había perdido mi cédula meses atrás cuando unos niños de la 9 de julio me pidieron gentilmente mi billetera.
El desenlace fue mágico, inesperado. De pronto, los simpáticos alienígenas se evaporaron y yo terminé en la Comisaría 27 "tocando el pianito".
La apariencia de estos visitantes extraterrestres no me intimidó y no dudé en pasarles mis auriculares para que escucharan un poco de la música que en ese momento estaba tocando mi reproductor: Welcome to the Jaguar House, esa extraordinaria composición de los Illya Kuryaki, los fascinó, entrando irremediablemente en éxtasis al grito de "dame más"... No me quedó otra que cumplir con sus órdenes: el playlist los paseó por varios hits del dúo noventoso.
Luego de unos veinte minutos a pura furia y rock&roll un patrullero nos vio. Un oficial de bigote tupido y de apellido Gómez se acercó. "Documentos por favor" nos dijo con aire burlón, sobrador. Claramente los narigones no tenían identificación, y yo había perdido mi cédula meses atrás cuando unos niños de la 9 de julio me pidieron gentilmente mi billetera.
El desenlace fue mágico, inesperado. De pronto, los simpáticos alienígenas se evaporaron y yo terminé en la Comisaría 27 "tocando el pianito".
jueves, 1 de julio de 2010
El llanto de la sirena
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